El Ginecólogo

El Ginecólogo es el Médico de Atención Primaria de la Mujer

Para el Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (NorteAmérica), es esencial que la mujer pueda elegir libremente al médico Tocoginecólogo como su médico de atención primaria y tener el acceso directo hacia el. Se supone que no todos practicarán este 1º nivel, tal como ocurren en otras especialidades como la medicina interna o la pediatría. Datos de la Organizacion Gallup (EE.UU), muestran claramente que una mujer que ve a un Tocoginecólogo, tiene más posibilidades de tener un Pap, examen mamario, información de enfermedades de transmisión sexual, planificación familiar y terapia hormonal de reemplazo. Además tendrá una evaluación de su presión arterial, consejos sobre el uso y abuso del alcohol, drogas, tabaco, abuso físico y osteoporosis. Estas son las principales áreas de cuidado en la salud de la mujer y no pueden ser ignoradas.

La resolución nº 157 del Ministerio de Salud y Acción Social (13/3/98) y publicada en el boletín oficial del 24/3/98 establece una norma complementaria que especifica, según el documento que dio a conocer la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia, que los médicos ginecólogos y obstetras deben ser considerados como médicos generalistas de la atención de la salud de la mujer relacionados con estas disciplinas.

Estudios norteamericanos muestran que el ejercicio profesional del ginecólogo obstetra ha ampliado su horizonte en la atención primaria de la mujer, de hecho, aproximadamente el 50% de los especialistas certificados proporciona atención primaria a más de la mitad de sus pacientes.

Los cambios demográficos ya están instalados y su proyección indica que en los próximos años, la población sufrírá un envejecimiento progresivo, aumentando la expectativa de vida, lo que conlleva a que los especialistas detecten con mayor frecuencia estados patológicos relacionados con la progresión etaria.

Comenzando en la extrema juventud, el pediatra puede solicitar una evaluación del especialista. Dependiendo del momento en que se recibe a la paciente, se puede dividir en premenárquica y posmenárquica, según haya tenido o no la primera menstruación.

En la premenarca, se comienzan con los controles en salud a partir de los 11 años, con una frecuencia programada y consensuada entre la madre y el especialista, cada 6 meses. Muchas veces la función del especialista se complementa con la del pediatra, al controlar el crecimiento y desarrollo normal (peso y altura), el índice de masa corporal, la osificación normal, tendencias posturales, necesidades alimenticias y conductas alimentarias propias y familiares, actividad física y deportes, y otras actividades propias de la Ginecología como la evaluación de los caracteres sexuales secundarios, detección de malformaciones genitales y sobre todo, saber detectar la existencia de violencia familiar, física o intelectual.

En la posmenarca, uno de los objetivos primordiales es la detección de enfermedades endocrinológicas ginecológicas o no, enfermedades metabolicas propias o familiares, vacunación. El ginecólogo debe explicar sencillamente el proceso fisiológico de la ovulación, investigar hábitos y adicciones, conocer la conducta alimentaria, evaluar el ciclo menstrual, ser responsable cuando se explaye sobre salud sexual y reproductiva, enseñar la importancia de la visita al especialista y control preventivo oncológico, detección de indicios de abuso sexual y trastornos sicoafectivos entre las primordiales.

El ginecólogo cumple su rol de acción preventiva en la salud femenina en la adultez, en la correcta información sobre la salud sexual y reproductiva, prevención de cáncer genito mamario, investigación y evaluación de las afecciones clínicas prevalentes en la mujer como hipertensión, diabetes o hipotiroidismo, desórdenes alimentarios y obesidad y hábitos tóxicos y ejercicio físico.

Cuando la mujer llega a la Menopausia y comienza el Climaterio, se debe aconsejar y explicar los beneficios y contras del tratamiento hormonal, hacer hincapíe sobre la salud de los huesos, aspectos específicos de la alimentación y el impacto de la actividad física sobre el metabolismo óseo. Evaluar de manera completa el piso pelviano y la presencia de disfunción urinaria.

Por sobre todo, que la mujer sepa que su especialista tiene el objetivo más importante que cumplir: mejorar su calidad de vida.